La histeria en el archipiélago de Estocolmo (otra vez submarinos rusos que son visones)
Por Dick Emanuelsson
Otra vez ha comenzado el espectáculo
de “los submarinos rusos en el archipélago de Estocolmo que no es otra cosa que
guerra psicologica. El motivo es reforzar el proceso para hacer Suecia a
miembro de la OTAN
y además, poner Putin como un agresor tanto en Ucraina como en medio oriente.
Tiene
toda la razón, Unai (vea su Facebook),
pero olvidaste contar que también los visones estaban jugando en el
archipiélago de Estocolmo, los que en la década de los 80´ fueron convertidos
en los reportes de estos medios suecos PRO-OTAN como “submarinos minimitos al
servicio de los Comandos Especiales Soviéticos Spetnaz”.
Trabajé
en un taller en el puerto de Hammarby (en Estocolmo) en la década de los 80 y
algún joven pícaro de la juventud comunista (también en la ciudad Sundsvall, 400 kilómetros al
norte de Estocolmo en la costa del mar Báltico), construyó una embarcación y
lanzó el “buque de guerra”. Inmediatamente recibió la policía y los organismos
de seguridad del estado sueco centenares de llamadas telefónicas por “un
sospechoso submarino soviético en el canal”.
23 000 islas y “minis”
Las
FF.AA. suecas colocaron en cada islita (de esas 23.000 que hay en el
archipiélago de Estocolmo) pobres soldaditos para “vigilar” la soberanía
nacional “contra el Invasor del Este”. Quedaron obsesionados varios de ellos y,
en su obsesión de la histeria generalizada por la derecha sueca vendepatria,
más que uno de estos soldados vieron “submarinos”. No importaba que varios
psicólogos subrayaban que un ser humano que ha recibido un orden, como
recibieron los soldados, se concentran tanto que a final creen que lo que ven
es un. . . . submarino-mini.
El
anterior jefe de estado y posteriormente canciller sueco, Carl Bildt, era
miembro de la
Comisión Nacional de Submarino” que analizaba el tema de la
“invasión de los submarinos soviéticos”. Es ahora conocido que los reportes
secretos que se registraba en tal comisión fueron entregados personalmente por
el vendepatria Carl Bildt a nada menos a la administración que en esa época era
Reagan.
Asesinado Olof Palme tres semanas antes de su viaje a la URSS
No
es, tampoco, una casualidad, que cuando la peor histeria antisoviética se había
calmado en los 1985-1986, el jefe del ministro del gobierno, Olof Palme, iba a
realizar una visita oficial en Moscú. Pero el 28 de febrero de 1986, a las 23.21 esa
noche, tres semanas antes del viaje, fue asesinado cuando caminaba en una calle
de Estocolmo, regresando hacia su casa.
Como
escribe Unai, no ha sido esclarecido el asesinato. Pero se ha constatado que
varios actores poderosos están implicados en el asesinato.
Un
mercenario yugoslavo, Iván von Birchan, que había sido agente de la CIA en la guerra de Rhodesia y
en Angola en la década de los 70´, fue contactado por otro agente de la CIA tres semanas antes del
asesinato de Palme y consultado u ofrecido de asesinar a Palme por un pago de
dos millones de dólares. Lo negó y tres semanas antes del asesinato a Palme,
contactó a la alcaldesa de Estocolmo del partido socialdemócrata, Inger Båvner, y le advirtió por los planes de asesinarlo.
Esa advertencia fue confirmada por la misma alcaldesa después el asesinato de
Palme. También contactó a la policía
política secreta, la SÄPO,
cuyo jefe de la unidad antiterrorista, no hacía caso. El jefe de esa unidad era
el único que tenía información sobre el hecho que Palme, esa noche, no tenía
sus escoltas a su lado.
Pocos meses después el asesinato, ese oficial y jefe de los
organismos de seguridad sueca renunció de su cargo. Se unió a una empresa de
vigilancia privada constituida por un ex jefe de Säpo entre 1967-1971,
Per-Gunnar Vinge, que fue despedido 1971 por el gobierno de entonces Tage Erlander (socialdemácrata).
¿El motivo? Por no haber entregado un solo informe al gobierno durante el
tiempo de 1969-1971 por “considerar Palme como un riesgo de estado” por su
fuertes declaraciones de repudio a la guerra de genocidio contra el pueblo de
Vietnam.
En
la empresa de seguridad y de vigilancia trabajaban en forma “negra” dos
policías de Estocolmo de la extrema derecha” que fueron vistos en el mismo
lugar y en la misma hora por el asesinato de Palme.
La pista al régimen de apartheid de Sudáfrica
Hay
también una pista hacia el régimen de apartheid de Sudáfrica que con nexos con
policías de la extrema derecha de Estocolmo como los asesinos materiales.
Muchos de esos policías suecos de la capital, fueron reconocidos tanto como
nazis como viajeros a Suráfrica donde declaraba en la prensa racista su
admiración por la policía de ese país y las tanquetas que masacraban en barrios
y asentamiento como Soveto.
En
1985 explotó una bomba en la oficina de la
representación del CNA, Congreso Nacional Africano. Yo trabajaba en la
redacción del Flamman en el primer piso y la silla mía se levantó medio metro
por la detonación. Eran ocho meses antes del asesinato de Palme pero casi en la
misma época del asesinato de otro representante del CNA, pero en su
representación en Londres.
El viraje a la derecha
Con
el asesinato de Olof Palme, la política sueca hizo un brutal viraje a la
derecha, tanto en sus relaciones internacionales como en la política económica.
Todas las reformas en el mercado laboral se desplomaron y la época neoliberal
se intensificó.
Palme
era un anticomunista pero no era ciego ante la realidad internacional y la
amenaza de una tercera guerra mundial planeada por los sectores guerreristas de
Washington en el continente europeo. La colocación de EE.UU. de los “Cohetes
Europeos” (Nucleares ) en el viejo continente, levantó una enorme protesta
popular en todos los países europeos.
La
participación de Palme en la
Comisión de Palme-Arbatov (con personajes destacados en el
mundo), lo convirtió a una amenaza a la política del Imperio Estadounidense.
Esa comisión analizaba la situación internacional y estaba constituida por
personajes destacados como Ramsey Clark, ex ministro de defensa de EE.UU.,
Palme, el reconocido científico soviético Gerorgi Arbatov.
Por
lo tanto, no se puede descartar que los peones, tanto en Suecia como en el
exterior, fueran los que acabaron con la vida del estadista sueco Olof Palme.
Suecia en OTAN
Y
ahora, con el espectáculo mediático en el archipiélago de Estocolmo, donde otra
vez se ve fantasmas del oso ruso, pero como en la década de los 80, visones,
pues no es otra cosa que un nuevo capítulo de la Guerra Psicológica
de la derecha para reforzar la entrada de Suecia como miembro en la OTAN. Y no me extrañaría
que el gobierno socialdemócrata-verde termine firmar la entrada.
Saludos,
no del archipiélago de Estocolmo sino de Tegucigalpa, recordando los viejos
“Visones”.
Dick Emanuelsson
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